domingo, 24 de noviembre de 2013

MI ABUELA VICTORIA.



Perdónenme si mi prosa es confusa y un tanto desequilibrada, pero un mes sin fumar tiene efectos colaterales de difícil diagnostico y control. Mi cabeza va por libre y… ¡diooos! que duro se me hace escribir sin el pitillo en la boca y los aromas humeantes del Winston entrando a sus anchas por la cornea de mis ojos, saltándome el lagrimal y llegando hasta la medula o más adentro. ¡Como lo echo de menos! 

Sí, un Humphrey Bogart cutre y salchichero, lo sé.

¡Enfin! (“anfan” se pronuncia en francés). Todo sea por mis niños… mi salud y el bolsillo claro.

Bueno, al rollo. 

En estos días tan señalados como hoy, #20N. De fechas convulsas y celebraciones tan diversas. Donde la confusión y la bronca continua en el panorama político y social están a flor de piel, por casos como;

  • La resolución final del juicio del Prestige, con el “Nadie ha sido”. 11 años de espera para esto. Nunca menos, pudo hacer maís estropicio.
  • La aceptación del juez Ruz de posibles indicios de financiación ilegal del PP, al tener una cuenta en B “continua en el tiempo” dice, más de 20 años...
  • La 8ª operación y parece definitiva de la cadera del Rey, que si apareciera dentro de 10.000 años en un Atapuerca del futuro, la considerarían el eslabón perdido de la civilización. Eso no es una cadera, es pura tecnología relojera Suiza…
  • El 50 aniversario de la muerte de JFK. Que por cierto, hay fuentes que aseguran que no existió. Que todo fue un montaje de la CIA, el FBI, la KGB, el MOSSAD, la TIA y Luis Bárcenas que ya apuntaba maneras… 
  • La imposición por decretazo de la LOMCE, por el empecinamiento del ministro que mejor representa lo que nunca debería ser un político y por ende el partido al que representa… el ínclito, altivo e intransigente Ministro Wert y la más rancia derechona.
  •  La nueva Ley de Seguridad Ciudadana, que nos convierte a los ciudadanos, en un poco más maleantes y delincuentes de lo que ya éramos, al insistir en violentar con manifas, las tranquilas vidas de nuestros pobrecitos, oprimidos y desvalidos políticos y Gentleman People… ¡Violenta España! Sois todos unos perroflautas y quema contenedores, incluso tú que eres de la mayoría silenciosa, tu también sí, por callado e instigador. Y ojo vosotros, los padres que vais a recoger a los niños al colegio, abriros pronto, que más de 4 personas cuchicheando en la calle es considerado como agrupación conspiranoide y altamente peligrosa, al intrigar sobre si el cuaderno del crio tiene que ser de cuadricula o de folio en blanco… generando EREs y destrucción de empleo en el sector de los trazadores de líneas y cuadradillos en los cuadernos de tapa dura. Ojito que es delito.
  •  Los dos años de legislatura de Don Mariano Rajoy… Eh… Umm… Sin comentarios. Nada, no. Hoy no toca. Fin de la cita. Hoy llueve… No comment, nothing. No parle pas, no parle jamain. Rien de rien… ¡Mamonazo! (se me escapo, lo sabía)
  • Y como no, la conmemoración de los 35 años de la muerte del excelentísimo hijo de la gran… y célebre frase ¡Una, Grande y Libre!  y precursor también de la tríada, Una Patria, Un Estado, Un Caudillo… Don Francisco Franco y Bahamonde. El Generalísimo. DEP para siempre jamás…

Como digo, en días tan señalados y reivindicativos como estos, no me apetece entrar al trapo. Estoy “jarto”, cansado de “minucias” que nos tienen a todos locos y absortos, lejos de lo realmente importante. Hoy por motivos personales quiero escribir con el corazón en la mano, me apetece que conozcan a una persona. Una de las más importantes en mi vida. Mi añorada y queridísima abuelica, que por estas fechas hace ya 2 años, decidió dejarnos, nos abandono.



Esa persona, mi persona. Era delgada y de fina figura (como el Quijote, sí) De piel fina y delicada. Pelo blanco, tez clarita y arrugada. De rostro envejecido prematuramente, muy pronto. Excesívamente arrugado como suele ocurrirles a los trabajadores del campo. Trabajadora incansable. De culo inquieto, no podía parar ni un segundo. Nerviosa y parlanchina. De sonrisa fácil y contagiosa, sincera y amplia. Sociable. Amiga y cariñosa con sus conocidos. Sin un mal gesto o actitud altiva. Humilde y campechana. Esa persona era Mi Abuela. Mi Yaya Victoria. 

Con 92 años de edad, Doña Victoria decidió reunirse con sus seres queridos, en ese cielo en el que ella tanto creía y que yo tanto respetaré. Quería estar con el que 31 años antes la había abandonado a su suerte, dejándola viuda demasiado pronto, su marido, el Abuelo Felipe. También partió decidida a reunirse con el muchacho que le arranco en vida, el dolor más  fuerte e intenso que una abuela puede sufrir, la pérdida de un nieto. Seguramente uno de sus penas más grandes y de toda la familia, que le desgarro por dentro el corazón y hasta el alma. Ahora, sonriente junto al Yayo Felipe, estará disfrutando de su  queridísimo y añorado nieto Norberto. Mi Hermano. Con él verá el fútbol o jugará al guiñote que tanto les gustaba a ambos, acompañando siempre el momento con “las mejores torrijas del mundo” y un café con leche condensada. 

A ella le sobraron días de estancia en la Tierra. Quería partir. Marchar cuanto antes para no molestar. No quería ser cuidada. Quería cuidar, ayudar, querer, jugar, hablar, participar. Quería sentirse útil, no un estorbo, como se cansaba de decir. Quería desaparecer ya, por no molestar. Quería ser recordada por lo que dio y no tanto por el tiempo que quito a sus hijos y nietos. Sobre todo a su hija mayor. Mi Madre Rosa. Su hija y amiga. Uña y carne. Su refugio. Su salvación. Un dúo, donde no se sabía quién aportaba más a quién. Un dúo del que todos salíamos beneficiados. El dúo que fundamentaba el eje y el alma de esta familia, de mi familia. Madre e hija. Mis  referencias. Mi espejo.


 
No quiero escribir sobre ella, ni descubrirla. Eso queda para nosotros, sus íntimos. Solo quería resaltar su importancia e indudable carisma dentro del seno de una familia humilde y trabajadora como es la mía. Quizá también tú tengas esa abuela imprescindible y aglutinadora. Una abuela de sonrisa fácil, con el tono de voz sosegado por la experiencia del que se sabe más sabio. La abuela de gesto amable y protector, la abuela de las albóndigas en salsa de tomate, de las lentejas con tocino y los huevos fritos con patatas que tanto nos gusta. Esas abuelas que por el destino del tiempo, desaparecen pronto de nuestras vidas, dejando la mayoría de las veces un vacío enorme, difícil de llenar. El vacío de la ternura que solo sabe dar una abuela. Mi Abuela. Quizás tú abuela.

Por eso hoy veintitantos de Noviembre quiero honrar y recordar el fallecimiento de Mi Abuela, por encima de cualquier otra celebración o conmemoración baladí. Quiero honrar la memoria de una persona, que influyo en mí para el resto de mis días. Ofreciéndome lo único que tenía; su cariño, su mirada, sus cuidados y su manera de ser y sentir la vida. Su entrega incondicional, sin contraprestaciones. El amor más puro y verdadero. El cariño de abuela, de Mi Abuela.

Unas pautas de vida, de comportamiento y de entender el paso por este mundo, un poco olvidados en la actualidad… entendidos desde la humildad, la sencillez y el no molestar al prójimo, sin hacerse notar, como ella vivió y sintió la vida. 

La vida de una mujer de principios de siglo XX, que vivió seguramente los cambios tecnológicos, políticos y sociales más importantes que nunca nadie pueda ver y vivir jamás. Que engloba desde la revolución industrial, a la revolución de internet y las redes sociales, pasando por una Guerra Civil criminal. Y lo hizo con naturalidad, adaptándose y sobreviviendo. Como hizo todo en su vida; Sobreviviendo a los derechos de los trabajadores, al derecho al voto de la mujer. Sobreviviendo a la guerra civil, a la muerte y exilio de hermanos y familiares en la contienda. Adaptándose a la post guerra, a las carencias y necesidades que provocaban las cartillas de racionamiento. Sobreviviendo al duro trabajo de sol a sol, con la naturalidad e inocencia del que no siente carencias, porque nunca ha tenido nada. Adaptándose y sobreviviendo al hecho de tener que sacar a delante una familia dignamente. Emigrando a la gran ciudad, dejando amigos y partiendo de nuevo a lo desconocido. Sobreviviendo y adaptándose. Volviendo a empezar.

Con toda esta palabrería dislocada en el texto torpemente, solo buscaba la purga interior y el recuerdo. La añoranza de momentos inmensamente felices junto a Mi abuela y la ilusión de poder contar al mundo que ella existió e hizo de su nieto, una persona mejor. Gracias Yaya.  



Para terminar, una reflexión definitiva aprovechando la coyuntura.

¡¡Allá va la despedidaaaaá!!

"Ni mil Caudillos o Generalísimos. Ni mil Caudillos y Generalísimos Francisco Franco se podrían comparar con mi abuela. No le llega ni a la suela de sus alpargatas. No, porque Don Paco, a sus amantísimos nietos no les daría ni la quinta parte de amor que me dio a mí y a mi familia, Mi yaya Victoria."


Paco, lo tuyo era otra cosa… lo del querer, déjalo en manos de Mi Abuela. La Abuela Victoria.


Oscar Ara



lunes, 18 de noviembre de 2013

DE LA DGT, A LA DOCTRINA DEL SHOCK.





Todos los días nos despertamos con noticias que pasan más o menos desapercibidas dentro de la maraña de información dolosa y pesimista en la que nos envuelve, día sí y día también, nuestra querida Españistan. Me hizo gracia una de ellas. No pare de darle vueltas, porque aclaraba de una vez por todas, la cuadratura del círculo, y me abría definitivamente los ojos a un come come que no me dejaba pegar ojo (valga la redundancia).
Parece ser que la DGT o Dirección General de Tráfico, ha tenido a bien informar con datos porcentuales, del elevado riesgo que tienen de sufrir un accidente de tráfico, exactamente el doble, todos los ciudadanos que cuentan con un coche de más de diez años, respecto a aquellos afortunados que cuentan con un coche más chachi piruli.
Nos informan cariñosamente y de manera fraternal; que los sistemas de seguridad activa, pasiva o preventiva de los viejos cacharros no son lo suficientemente efectivos como para salvarnos de darnos un castañazo y enviarnos al más allá por la autopista de la muerte, sin pasar por casilla de salida, ni peaje que se le parezca.
O sea, que tengamos a bien comprarnos un cacharro nuevo, y de paso animar el cotarro de la industria de la automoción que está muy malita, si no queremos palmarla a las primeras de cambio, con toda la parentela, suegra y gato incluido. Todo un detalle por parte de la amabilísima DGT que siempre ha cuidado tanto y también de todos nosotros, los torpecicos e incautos conductores españoles y sus descuidadas billeteras. Gracias.
Qué tiene de extraño esta noticia, pensaran ustedes. Qué hay de malo en que la DGT nos informe y nos clarifique, que tu Manolo tienes que cambiarte de una puñetera vez el Peugeot 205 de doble carburador que no hace más que contaminar, gastar y no tira un pimiento Manolo.
Qué hay de malo en la notificación, donde se nos informan de la potencia, cilindrada, número de bastidor o peso máximo que se puede cargar la furgoneta de Vicente. Esa que lleva utilizando desde hace más de dos décadas, para hacer la ruta de la comarca de la Jacetania repartiendo ese pan que solo su familia ha sabido hacer generación tras generación. Y que ahora gracias a la voracidad de los Alcampos, Mercadonas e HiperCors de turno, no le llega casi ni para combustible, y ya no digamos para soñar siquiera, en comprar una Mercedes Vito o una Ford Transit, como era su intención.                  
Para una mente perversa y atrofiada como la mía, ahí radica lo miserable de la noticia, señores. La Dirección General de Tráfico, te está diciendo en tus propias narices Manolo, Vicente o Raúl, lo ridículo, miserable y pobretona que es tú vida, al no poder comprarte un aparato de locomoción digno por unos míseros 15 o 20.000 € de naa, y así poder garantizar tu seguridad y la de tu familia… ¡Pringao, que eres un pringao! 
¡Toma castaña! Cómo si tú no lo supieras. Cómo si a ti Raúl, te encantara sujetar el retrovisor derecho con la cinta americana o tentar un mes más a la suerte, al no tener suficiente cash para cambiar los neumáticos delanteros que se han quedado sin dibujo.
O como si tu Vicente, que llevas podrido y herrumbroso todo el suelo de tu fragoneta, por la conbinación letal de sal y agua de las carreteras de montaña, te encantará pasar frio en los pies, todos los días, por las malditas filtraciones.
Definitivamente, no se puede ser más cínico e hijo de la Gran Bretaña. No se puede hacer tanto daño gratuitamente y de manera inmisericorde. No se puede ser tan borde sin querer. No. No se puede. Pero claro, uno recuerda en manos de quienes estamos y dices; “¡Jodo qué no!"
                                      
Es aquí cuando me entra una mala hooostia…
Porque se puede ser un partido mentiroso, con cierto tufillo a rancio. Un partido de gomina pasada de moda, que les da a sus dirigentes y adoradores chupatintas, un cierto estilo mafioso de Gánster siciliano. Se puede ser el partido de la señal de la cruz, donde el dogma no es solo cuestión de fe cristiana, sino también de pupitre y de rodillas en cruz contra la pared. Un partido de bocazas y donjuanes cobardes que se someten a las primeras de cambio, a las encomiendas bastardas de la Troika sin dar una alternativa posible que mitigue, un poco, el sufrimiento de sus conciudadanos…
Pero lo que nunca puede convertirse un partido político, es en una élite mercenaria del gran poder que utiliza a los ciudadanos, cuando y como les apetece. Sin el menor miramiento y con total desfachatez. Que es capaz de reírse a la cara de los ciudadanos, con notificaciones ridículas como estas, sin ser capaces de ponerse en su lugar y ver su reacción al leer semejante gilipollez. Empatía me parece que se llama. Algo de lo que estos y no solo estos carecen por completo. 
Porque pueden parecer bobos, pero tontos no son. Saben la actual situación de inmunidad política y judicial en la que se encuentran, tanto por el hundimiento de la oposición socialista cual Titanic, como por el control total de la judicatura española…                       
Y sobre todo saben la indolente actitud de un pueblo, demasiado acostumbrado al sacrificio y entregado con resignación a una suerte que no es capaz de imaginar… por eso les digo, que blanco y en botella.
De esta manera llegué a la conclusión y clarividencia que comente al principio del artículo. "Hacen todo lo que hacen porque pueden."
·                    Hacen memeces porque pueden. 
·                    Mandan ridículos, interesados e hirientes consejos de educación vial porque pueden. 
·                    Dicen y se desdicen a los 5 min. porque pueden. 
·                    Manejan y ocultan la información de un canal privado que después cierran porque pueden. 
·                    Salen indemnes de acusaciones sabidas pero turbiamente camufladas porque pueden. 
·                    No asumen nunca responsabilidades políticas en acontecimientos trágicos y dolorosos porque pueden. 
·                    Castigan al más indefenso y les quitan sus “privilegios” socio-sanitarios porque pueden. 
·                    Otorgan el calificativo de terroristas a simples ciudadanos que les recrimina a la cara sus golferías porque pueden. 
·                    Recortan, privatizan y lo enmascaran todo en una falsa e impuesta austeridad  porque pueden. 

Con ellos las diferencias sociales se acrecientan, convirtiendo a  los ricos en más ricos y a las clases medias y pobres en las paganas de sus fechorías reduccionistas, de la precarización salarial… y esto lo hacen porque siempre lo han hecho así. Aplican la economía basada en la doctrina del Shock (Naomi Klein), la economía del miedo, del aturdimiento. La economía de la violación continúa de los derechos esenciales del estado del bienestar, que tanto y tanto sufrimiento les costó conseguir a nuestros padres y abuelos. Lo hacen porque quieren y pueden hacerlo.


Y mientras puedan y les dejemos, se reirán de nosotros. 
Mientras permanezcamos aturdidos y ensimismados en nuestras penas, harán con nosotros lo que quieran. Porque el poder político tendría que volver a nuestras manos, las legitimas. Asumiendo de nuevo el papel protagónico en la vida politica y social. Participando y comprometiendonos en la medida de nuestras posibilidades. Recordando la historia, honrándola. Para ello, tenemos que despertar. Reaccionar y tomar las calles de forma pacífica pero decidida. Porque el no hacerlo acabará con nosotros, con nuestro derecho a vivir dignamente.
Ojala me equivoque.

Oscar Ara